lunes, 29 de noviembre de 2010

The Hunter

Bien podría ser el título de una película, pero en este caso es el apodo que le calza a mi dulce gatita. Gloria, es una experta cazadora de pajaritos, palomas, y el colmo, tiene en su haber una iguana. De tanto en tanto, mecha  su aburrida comida balanceada con algún que otro plumífero, al que puede estar horas acechándolo, con la paciencia de un buda.
Su instinto animal se dispara sobre todo en primavera, con un promedio de 2 o 3 por semana. El tema más complicado de toda esta historia, es que eligió mi vestidor como escenario para el ritual de sacrificio, esto implica que luego del mismo la escena del crimen queda inmortalizada en el medio de zapatos, pantalones, carteras y sacos. La hora  en la que preferentemente ataca es entre las 5.00 y las 6.00 am, momento en el cual nos encontramos durmiendo, pero con el sueño liviano, ese del que te despertás fácilmente ante cualquier ruidito.  
Así entre dormida escucho, primero, el aleteo inconstante y cansino de la presa tratándose de zafar y al rato el mismo sonido del crepitar de las brasas, nada más que en este caso es el crepitar de los huesos.  Para ese entonces ya no puedo dormir más, porque pienso que el pajarito se va a arrastrar medio vivo, medio muerto hasta mi cama, y me va a mirar con un ojito titilante todo descuartizado.
A los pocos minutos, ella aparece relamiéndose, con sus ojos achinados, de quien sospecha todo el tiempo de todo, se trepa a mi cama y ronronea, cínica, después de haber cometido  el asesinato.
Inmediatamente se desata  una batalla entre mi morbo y la pena, en todos lo casos me gana la pena, así es que me levanto y sigo de largo sin mirar, doy  aviso al funebrero, mi marido, que tendrá trabajo desde temprano. 
Ruido a pala, escoba, y ahí  pasa con el cadáver dentro de una bolsa del Coto, Disco o en el peor de los casos del Día%. Pero mi morbo que enciende mas rápido que la nafta, hace que me asome y pregunte:
- Estaba muy destrozado? Le comió algo? Que parte?
- No sé, no me fijé, responde. A él le gana el asco, y además cumple su función con un profundo respeto por la inocente víctima.
Y de esta manera, empeñada en tratar de desequilibrar el ecosistema, manda otro pajarito al tacho!

4 comentarios:

  1. pobre tu marido. Tenia entendido que era de Tigre... el oficio de funebrero le debe costar aún más.
    Está en el instinto. Hunter es gata. Esa es una verdad. Debemos ser nosotros los que creemos que es otra cosa.
    BUen posteo.

    Medalla, abrazo y beso.

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  2. me hubiese gustado el respaldado fotográfico, tu morbo no es el único acá che.

    Yo, a.k.a. El Primo.

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  3. Necesito:
    Una pala nueva.
    Bolsitas sin agujeros.
    Un candelabro (pa darle mas drama a la escena).

    Pinto Saldaña (el enterrador)

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  4. Jajaja me encantó Maru!!!! Mirá Gloria Vitoria.... Muy bueno el relato de la escena del crimen!
    Carola

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