domingo, 19 de septiembre de 2010

Graciario

 Pienso que en esta vida uno debe y tiene que ser agradecido. A diferencia de las películas en donde el agradecimiento llega al final, va esta previa,  porque espero, que para el final falte mucho, y seguramente para ese entonces recuerde menos de la mitad de las cosas, es por eso que decidí hacer una lista de gracias.
A mi viejito querido, que a sus jóvenes 47 años, dejó este mundo y se fue en lo mejor, cuando uno comienza a ver el fruto de su esfuerzo, cuando cree que está por alcanzar lo más anhelado, cuando ve a sus hijas convertidas en madres y se da cuenta de que el tremendo paso del tiempo nos hizo crecer a todos. Y eso fue lo peor, se perdió de vernos crecer.
A mi madre, que silenciosa ha salido adelante, me enseñó a que en la vida se puede, que las cosas se consiguen trabajando dignamente,  se construye paso a paso, se planea, que primero se confía,  que uno es ante todo una persona de bien.
A mis hijos, que me dan su amor incondicional, desmesurado, espontáneo y desinhibido.
A Fer,  a su lado entendí lo que es amar y dejar que te amen,  de quien cada día aprendo a ser paciente, con quien me animo a soñar, desear, planear y descansar con la tranquilidad de quien no te va a fallar.
A mis hermanas, que son mi complemento, mi apoyo, cada una de ellas con su fuerza y su modo, su existir me ha hecho saber del amor fraternal, de ese que nunca deja sabor agrio, del que nunca es mucho, del que te alimenta y te acompaña siempre.
A mi familia política y de sangre, que la distancia no socava, no debilita,  no aleja.
A mis amigos, con quien compartimos mates, charlas, secretos, risas, alegrías, tristezas.
A Juan, mi adorable analista, que ha sacado lo mejor de mí, que es duro, implacable, certero, firme, pero con quien conformamos un equipo increíble.
A Vero, que sin saber despertó mis adormecidas ganas de escribir, parte que parecía anestesiada desde hace años, pero desempolvé casi intacta.
A la Tía Tere, que con ella la casa va sobre ruedas, la vida de ama de casa es más llevadera, la que se ocupa de mis hijos con el cariño de una tía abuela,  que siempre está dispuesta a consentirlos cambiando mi aburrido menú,  por una mila con fritas.
A mis cuñados Hugo y Ricardo, que han sido mis hermanos varones que no he tenido y siempre he querido.
A mi querido Dani, que estuvo en momentos dificilísimos de mi vida, como no acordarme de las tardes que sólo esperaba que llegara, para sentarme en su falda, y escucharlo cantar "hoy en mi ventana brilla el sol".
A los que han pasado fugazmente, y de quienes me he robado algo que atesoro y de tanto en tanto repaso, y en el recuerdo los encuentro.
A todos los que han entrado, permanecido y salido de mi vida. Este agradecimiento es para ustedes.

6 comentarios:

  1. se me pianto un largimon...(y eso que no me nombraste...jajaj)

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  2. Me noquearon antes de atarme los guantes.
    Pinto Saldaña

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  3. Si la que nombrás soy yo, me alegro mucho de haberte dado el empujoncito. Está muy bueno lo que escribís, siempre fuiste muy aguda, observadora y con una crítica afilada y divertida, tenés muy buena madera.
    No sabía que habías abierto blog, me lo voy a agregar al reader así me avisa las actualizaciones.
    Besos!

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  4. Si sos vos.... viste que la vida nos va cruzando con diferentes personas,...no creo que sea porque si, solo por capricho del destino, por algo es, bueno este fue tu sello ! Gracias por el empujòn ! Besos
    Pd: Yo tambièn sigo tus genialidades en tu blog !

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